Esas canciones, como Épico y mortal, El clímax final o Como dos cometas fueron los culpables de que los asistentes esa noche tararearan las letras del grupo del valenciano. Además, un feedback pocas veces visto entre cantante y asistentes, hicieron que los allí presentes se sintieran como en casa.
Nos hizo seguir hasta que doliera y aprendimos que en el sexo no debe haber ni culpa ni miedo. Acompañado de sus músicos, Alex Sienna hizo que cada una de sus letras la sintiéramos como personal y la interiorizáramos como propia. Nos hizo sentirnos unos Insensatos y quisimos aprender de Los malos hábitos.
Una vez dio por finalizado el concierto, los asistentes le pidieron varias canciones más, que Alex y compañía interpretaron, dejando ver la clara complicidad que tienen entre ellos y que tienen con los fans, que se vuelcan como si fuesen de su propia familia.
En definitiva, Sienna nos hizo sentirnos como en esos Malditos años en los que la música tenía cabida en las mentes de los oyentes, y nos devolvió la confianza en esas letras que te hacen reflexionar y pensar sobre lo escuchado. Gracias, Alex.
